Estuve leyendo un articulo muy interesante y aunque es un tema que hemos escuchado en varias oportunidades, siempre es bueno revisarlo.
Tenemos 5 hijos de diferentes edades y como padres debemos inculcarles la vida católica a cada uno de acuerdo a su edad.
El tema es " la Fe en casa" de Ramiro Pomés. Él habla de como podemos ayudar a nuestros hijos en la fe, ya que somos quienes tenemos la inmensa responsabilidad de abrir el alma de ellos al conocimiento y al amor de Dios.
Tenemos 5 hijos de diferentes edades y como padres debemos inculcarles la vida católica a cada uno de acuerdo a su edad.
El tema es " la Fe en casa" de Ramiro Pomés. Él habla de como podemos ayudar a nuestros hijos en la fe, ya que somos quienes tenemos la inmensa responsabilidad de abrir el alma de ellos al conocimiento y al amor de Dios.
Los acompañamos en este camino de la Fe hasta que sean cristianos maduros. Es cierto que no es una tarea fácil, ya que existe una presión bastante grande del ambiente, pero contamos con la ayuda de Dios. Él nos ha confiado los hijos y nos pide que lo ayudemos a que crezcan como sus hijos.
El matrimonio es la primera escuela de amor y es clave la actitud generosa que tengamos ante la vida, somos un verdadero ejemplo para nuestros hijos, somos formadores de caridad cristiana, lo que vean en nosotros, ellos lo aprenderán y lo pondrán en práctica cuando sean mayores. Nuestros hijos necesitan que los acompañemos durante este camino hacia Cristo, por eso Dios nos pide que seamos una familia cristiana, que nuestra piedad familiar sea profunda y sencilla, sin imposiciones. La familia sale adelante rezando juntos, veremos con cariño a la Iglesia, al Papa, a los sacerdotes. Además que sabremos enfrentar cualquier dificultad con fortaleza unidos en la oración. Los ayudamos a que ellos tomen conciencia, de que conozcan a Dios y que sepan que todos estamos llamados a transformar al mundo con el amor.
Nuestra vida cristiana debe ser en todos los ámbitos, ya sea el trabajo, la diversión, como en las cosas pequeñas; en nuestro día a día y con el ejemplo de la oración.
Queremos que nuestros hijos tengan un criterio propio, por lo que debemos hablar mucho con ellos, escucharlos y que ellos sientan que pueden contar con nosotros, además que vean nuestro cariño.
Toda verdadera educación nace del amor, y por lo tanto, es desprendida.Debemos ayudarlos a encontrar y seguir su propio camino, aceptar que también que se rebelen o que se alejen de la vida cristiana y es aquí donde nuestra actitud es clave para que nuestros hijos vuelvan. Deben vernos serenos, con actitud dialogante, firme en lo necesario y flexibles lo convencional.
El matrimonio es la primera escuela de amor y es clave la actitud generosa que tengamos ante la vida, somos un verdadero ejemplo para nuestros hijos, somos formadores de caridad cristiana, lo que vean en nosotros, ellos lo aprenderán y lo pondrán en práctica cuando sean mayores. Nuestros hijos necesitan que los acompañemos durante este camino hacia Cristo, por eso Dios nos pide que seamos una familia cristiana, que nuestra piedad familiar sea profunda y sencilla, sin imposiciones. La familia sale adelante rezando juntos, veremos con cariño a la Iglesia, al Papa, a los sacerdotes. Además que sabremos enfrentar cualquier dificultad con fortaleza unidos en la oración. Los ayudamos a que ellos tomen conciencia, de que conozcan a Dios y que sepan que todos estamos llamados a transformar al mundo con el amor.
Nuestra vida cristiana debe ser en todos los ámbitos, ya sea el trabajo, la diversión, como en las cosas pequeñas; en nuestro día a día y con el ejemplo de la oración.
Queremos que nuestros hijos tengan un criterio propio, por lo que debemos hablar mucho con ellos, escucharlos y que ellos sientan que pueden contar con nosotros, además que vean nuestro cariño.
Toda verdadera educación nace del amor, y por lo tanto, es desprendida.Debemos ayudarlos a encontrar y seguir su propio camino, aceptar que también que se rebelen o que se alejen de la vida cristiana y es aquí donde nuestra actitud es clave para que nuestros hijos vuelvan. Deben vernos serenos, con actitud dialogante, firme en lo necesario y flexibles lo convencional.
A veces este tiempo puede ser un poco largo, pero tenemos nuestra confianza en Dios, que es siempre fiel a su paternidad: y en el poder de la oración, aunque ellos se alejen de Dios, Dios no se aleja de ellos.
No debemos alejarnos de nuestros hijos, sino que ser cercanos y acogedores.
El tiempo libre y los amigos son una gran influencia en ellos y es importante que cultivemos la amistad entre familias que tengan un planteamiento cristiano de la vida, con los mismos ideales sobre el amor y el matrimonio.
Elegir un lugar de veraneo sano y no que las vacaciones sean un paréntesis en nuestra vida cristiana.
Es tan importante estar ahí siempre cuando ellos lo necesiten y nunca olvidar de rezar por ellos.
Quizás no sea una tarea fácil, pero sí es una tarea maravillosa.
Doy gracias a Dios por la gran bendición que nos ha dado.